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MANERAS DE SALIR – VARINIA CANTO VILA

El proyecto trabaja en torno a la pregunta “¿y ahora dónde estamos?” como motor de generación de espacios. Es decir, Maneras de Salir, intenta construir un dispositivo coreográfico – perceptivo que permita crear un imaginario en que otros lugares y espacios puedan aparecer. Y si bien aquellos otros lugares no serán reales ni físicos, ya que esto no se hará de manera concreta (con la ayuda de una escenografía, por ejemplo), estos serán imaginativo, sensoriales y conceptuales ya que serán inducidos por el cuerpo, los movimientos, acciones, palabras, imágenes, otros. 

La idea de este trabajo es crear la salida del espacio escénico sin que de verdad salgamos de él. Maneras de Salir trabaja en torno a la noción de espacio, abordando desde los parámetros de distancias y cercanías que abarcan, no solo los espacios mensurables y físicos, sino que también espacios mentales y emocionales. Tratando de operar sobre un doble eje, Maneras de Salir explora a través de medios coreográficos maneras de expandir la caja negra del teatro más allá del espacio escénico, mientras que externaliza los lugares internos, ya sean emocionales y/o mentales, que habitan los cuerpos de sus bailarines, sincronizando así concepciones de espacios topológicos y con concepciones de espacios métricos o euclidianos. ¿Pero que significa salir? ¿Que significa salir del teatro sin ayuda de la escenografía y sin que de verdad salgamos de él? Salir acá está estrechamente relacionado con el traslado, con el cambio de parámetros, con el cambio de coordenadas. Trasladarse puede ser de manera física, pero en este caso se hará de manera conceptual. Quiero decir, poner en relación cosas que no hacemos comúnmente, es una manera de salir. Poner en relación una manzana con una pera, no hace más que crear una distancia y una cercanía que a su vez generan un espacio. Comparar cosas que nos parecen inconmensurables, es una forma de sacarnos de cómo pensamos y de salirnos de nosotros mismos. 

Salir aquí es viajar a otras maneras poner en relación a las cosas más que imaginar cuentos e historias; salir es salirnos de nuestras casillas, de nuestros hábitos cognitivos. Es así que, sin la ayuda de una escenografía, se trabajará la idea de generación de espacios. Para esto las principales estrategias para trabajar la generación de espacios serán las nociones de cercanía y distancia en espacios euclidianos y topológicos; y la creación de un lenguaje dancístico corporal específico. Maneras de Salir entonces trabaja en torno a la noción de espacio, abordándolo desde los parámetros de distancias y cercanías que abarcan, no solo los espacios mensurables y físicos, sino que también espacios mentales, emocionales, culturales, genético, ideológicos, etc. Siendo la topología, por una parte, el espacio que no está definido por sus dimensiones, la topología incluye conectividad y continuidad, permitiendo distorsiones o deformaciones del espacio. La topología se centra en las conexiones y en las redes de relaciones fluidas, siendo el movimiento, la continuidad o la conexión, criterios por sobre nociones de valor, de cantidad u otros enfoques jerárquicos de la organización. Del espacio euclidiano en el cual la noción de la métrica esta presente, para este trabajo coreográfico, se rescatará la noción de distancias y cercanías medibles por otra parte proporciona mapas y distancias entre espacios y movimientos. Esta gráfica de movimiento es estática y no tiene en cuenta la relación de conecciones que se encuentra en la topología. 

En relación al lenguaje corporal, quiero desarrollar un material corporal que apunte hacia distintos momentos de la evolución de la especie humana. Quiero invitar a los bailarines a desarrollar material de movimiento tratando de imaginarlo como si estuviese creado por entidades vivientes que correspondan a su evolución como especie, para crear micro ficciones del estado actual de los bailarines. En particular quisiera desarrollar el estado vegetal, el estado ameba, fase de simio, la fase hombre, la fase humano aristócrata y también una futurista en hombre mitad humano mitad máquina. Con este lenguaje corporal quiero que los cuerpos pasen por distintas fases ontológicas que a su vez generan distancias entre una y otra: la distancia evolutiva entre la fase ameba y la fase mono es mayor que la distancia entre la fase hombre y hombre aristócrata. De esta manera quiero trabajar la noción de distancia y cercanías en el lenguaje corporal de los bailarines, creando distintos estados performativos, momentos en la historia, espacios y lugares.

SOBRE LA / EL / LE ARTISTA
Varinia Canto Vila (1976, CL/BE) es bailarina, coreógrafa e investigadora del cuerpo en movimiento. Estuvo radicada 24 años en Bélgica y en 2019 decide volver y residir en Chile. En su trabajo coreográfico, ha explorado temas inherentes al cuerpo y a la escena como medio de arte, como el cuerpo como máquina productora de experiencia (Making of, un solo con el apoyo de ‘Dans in Kortrijk’ Bélgica, 2004); la tridimensionalidad del cuerpo (en NO TITLE con el apoyo de dans in Rotterdam, 2006); la intención y el deseo como manifestación de la auto-reflexividad en el cuerpo danzante (During Beginning Ending, 2010, premiado por Prix Jardin d’Europe 2009 en la categoría trabajo en progreso); y la visión háptica, el collage (o la fragmentación) como un principio performativo, y la atención en su materialidad a través de los cuerpos, los objetos y el espacio escénico (en by getting one’s hands dirty, entrenando en el Kunstencentrum Buda Kortrijk 2017). En la actualidad, Canto Vila trabaja en Maneras de Salir (en proceso), que a través de distintas concepciones del espacio (más específicamente el espacio Euclidiano y topológico), trata de generar mundos y lugares dentro de la escena. Paralelamente, también está desarrollando una investigación titulada El movimiento en la relación entre la ley/normas y la vida, en torno a la noción de coreografía extendida y la organización del movimiento del cuerpo social, en la que está explorando la relación entre la ley y el movimiento en contextos pedagógicos con no-bailarines. Como bailarina se ha interesado principalmente por el trabajo de aquellos coreógrafos que han explorado cuerpos cotidianos y ficticios, donde el imperativo de la técnica académica del bailarín y de un lenguaje codificado son deconstruidos y olvidados en pos de la emergencia de otros cuerpos posibles. Bajo esta perspectiva, Canto Vila trabajó y colaboró para varios coreógrafos/performance makers de la escena independiente de Bruselas en los que se encuentran: Lilia Mestre, Claire Croizé, Marcos Simoes, Mette Edvardsen, Thomas Steyaert y Raul Maia. También trabajó y colaboró con Meg Stuart/Damaged Goods en Highway 101 (2000) y VIOLET (2011). En 2019 realiza su primera colaboración en Chile junto con Francisca Espinoza, Paulina Vielma y Alexandra Miller con Buscando a Meg, una performance que explora y cuestiona el componente post-colonial de la danza contemporánea en el contexto chileno. Se graduó como bailarina de la Universidad de Chile en 1993 y de PARTS en 1999. Entre los años 2000 y 2007 realizó estudios universitarios de sociología y ciencias políticas que nunca terminó porque su interés era saber y no la especialización profesional en esas materias. En 2014, se graduó de la London Goldsmiths University donde realizó una maestría en teoría sobre la relación entre el Arte y la Política. En enero de 2017 completó un postgrado en a.pass (Advanced Performance and Scenography Studies), en Bruselas, en el cual inició su investigación de la relación del movimiento y la ley en el cual desarrolló trabajo performático y de video.

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